Jordi Pomes Vives

Me especialicé en un primer momento en temáticas relacionadas con la historia de la agricultura y del asociacionismo agrario y popular. De estos temas destaca mi tesis doctoral sobre sindicalismo rural republicano en Cataluña durante los años veinte del siglo XX, que publiqué en el año 2000 con el título La Unió de Rabassaires. Llegué a publicar siete libros, aparte de numerosos artículos y capítulos de libros, sobre estas temáticas.

A partir de 2008 empecé a centrarme en materias relacionadas con la historia de los movimientos que han promovido la concordia territorial entre los diferentes pueblos hispanos como el federalismo, el iberismo, el hispanoamericanismo, el europeísmo y el cosmopolitismo. Sin duda todos estos movimientos influyeron en las doctrinas o corrientes políticas que más se caracterizaron por intentar buscar soluciones de concordia a la conflictividad territorial o nacional en España. Con ello intentaba llenar un importante vacío historiográfico -y en Cataluña más que en ninguna otra parte- a la vez que colaborar a enriquecer la disciplina de la historia política y social en España. He tratado, pues, de reivindicar sectores políticos e intelectuales muy poco atendidos historiográficamente y los he trabajado fundamentalmente a partir de estudios biográficos. A partir de estos trabajos, he intentado poner en valor intelectuales y/o políticos que han defendido la “concordia” territorial, especialmente desde Cataluña, a partir del liderazgo de ciertos movimientos políticos y culturales. Me refiero, por ejemplo, a estudios sobre Salvador Sanpere Miquel (1840-1915) (2020), Jaume Carner (1867-1934) (2019), Luis de Zulueta (1878-1964) (2010, 2011 y 2012), Lluís Companys (1882-1940) (2016), Marcelino Domingo (1884-1939) (2016) o Joan Lluhí Vallescà (1897-1944) (2016). Actualmente estoy trabajando el pedagogo y filósofo Joaquim Xirau (1895-1946) y el arqueólogo y rector de la Universidad de Barcelona entre 1933 y 1939 Pere Bosch-Gimpera (1891-1974). Todos ellos se esforzaron para encontrar posibles vías de solución política al inevitable choque derivado de la existencia de dos procesos de nacionalización distintos (el español y el catalanista) en un mismo territorio, en este caso el catalán. Todos ellos colaboraron en definitiva en ofrecer un tipo lo más eficaz posible de encaje político y territorial favorable en todos los sentidos y para ambas partes.

Con estos estudios he procurado, pues, corregir algunas de las interpretaciones más aceptadas sobre la historia de Cataluña que considero como mínimo sesgadas. Por ejemplo, el carácter general rupturista (cultural y políticamente) del catalanismo a lo largo de su historia. Los estudios mencionados pretenden mostrar la fuerza de sectores catalanes que procuraron ofrecer soluciones “integradoras” a situaciones históricas de conflictividad territorial o “nacional” y que en la mayoría de los contextos se impusieron a las soluciones rupturistas.

Por último, y también con un propósito innovador, procuro que mis estudios estén abiertos a la interdisciplinariedad.  Un ejemplo de ello podría ser, una vez más, los estudios biográficos a qué he hecho referencia (así como muchos otros que no menciono). Estos trabajos me han obligado a abordar y a integrar ámbitos disciplinares muy variados en función de dominios profesionales y públicos de los personajes y su entorno (educación, arte, literatura, filosofía… aparte, claro está, de la política y el sindicalismo).