Translated title of the contribution | Mycobacterium tuberculosis and Homo sapiens: A long way to cross |
---|---|
Original language | Spanish |
Pages (from-to) | 771-773 |
Number of pages | 3 |
Journal | Medicina clinica |
Volume | 126 |
Issue number | 20 |
DOIs | |
Publication status | Published - 27 May 2006 |
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Mycobacterium tuberculosis y Homo sapiens, un largo camino recorrido y por recorrer. / Cardona, Pere Joan.
In: Medicina clinica, Vol. 126, No. 20, 27.05.2006, p. 771-773.Research output: Contribution to journal › Article › Research › peer-review
TY - JOUR
T1 - Mycobacterium tuberculosis y Homo sapiens, un largo camino recorrido y por recorrer
AU - Cardona, Pere Joan
N1 - Funding Information: Hace más de 30 años que se establecieron las bases mo-dernas para el tratamiento de la tuberculosis. Fruto de un enorme esfuerzo por parte de las Unidades de Tuberculosis del British Medical Research Council y de todas las personas que aguantaron estoicas los diferentes regímenes tera-péuticos, surgió la pauta corta de tratamiento que tenía que eliminar la enfermedad en el año 20001. Nada más lejos de la realidad. En 1993, la Organización Mundial de la Salud declaró la situación de emergencia mundial2. La enferme-dad no tan sólo estaba descontrolada, sino que su inciden-cia estaba repuntando. Sin duda alguna, la epidemia de sida tuvo y tiene una enor-me responsabilidad, pero representa tan sólo la puntilla que pone en evidencia el relajamiento en la lucha contra la tuberculosis. Las enormes expectativas generadas por la pau-ta corta de tratamiento originaron el desmantelamiento de todo el sistema de dispensarios y sanatorios que habían conseguido de facto los mayores éxitos contra la enferme-dad3. La generalización de su implementación y la mala in-terpretación de su uso, indefectiblemente ligada a la condi-ción humana, ayudada por episodios de fracaso masivo en sistemas sanitarios públicos (como es el caso de la antigua URSS), han configurado un panorama todavía peor que el que se encontraron los investigadores del British Medical Research Council hace 50 años. La inducción de las cepas de Mycobacterium tuberculosis multirresistentes es, sin duda alguna, una de las grandes «contribuciones» del ser humano al progreso de la tuberculosis en el siglo XX. Ciertamente, M. tuberculosis es un viejo compañero de la especie humana. Recientemente se ha demostrado su pre-sencia incluso en los precursores de nuestra especie4. Las claves de su éxito se atribuyen habitualmente a su capaci-dad para generar una infección latente que se adapta al es-trés ambiental o resistencias a los fármacos antituberculo-sos. Y, sin embargo, éstas son características comunes a la mayoría de los microorganismos. El éxito de M. tuberculosis reside precisamente en su defec-to más notable: la enorme lentitud de su crecimiento5. Gracias a este defecto, los antibióticos son incapaces de des-truir los bacilos cuando el sistema inmunitario del hospedador induce el decrecimiento en su velocidad meta-bólica (y lo convierte en bacilo latente) y, por tanto, obliga a aplicarlos durante largos períodos, por si el bacilo latente in-tentase recrecer6. Igualmente, gracias a este defecto, M. tuberculosis es capaz de burlar el sistema inmunitario y reac-tivarse constantemente para causar la silenciosa infección tuberculosa latente (ITBL)7. Éste, sin duda alguna, es el me-canismo de virulencia más importante que ha forzado la si- tuación actual. Se mire como se mire, la capacidad mutado-ra de M. tuberculosis es sumamente escasa, comparada con otros patógenos, y su comportamiento es perfectamen-te previsible6. Por ello, en teoría, la lucha contra la tuberculosis es tan «sencilla». Tan sólo hace falta llevar a la prácti-ca acciones terapéuticas como el tratamiento con al menos 3 fármacos y supervisar su cumplimiento para evitar mono-terapias o llevar a cabo estudios de contactos sistemáticos y evitar la aparición de nuevos enfermos, actuaciones todas ellas perfectamente consensuadas8,9. Sin embargo, repito, M. tuberculosis lucha con su mejor arma: la lentitud, que exaspera a la condición humana actual, tan dada a la opti-mización de recursos y procesos en un corto espacio de tiempo. La tuberculosis, con su estilo desfasado, nos está ganando la batalla. No hace ni 3 años que hablar de la influencia de la inmigra-ción en el incremento de la incidencia de la tuberculosis en España era considerado de muy mal gusto y políticamente incorrecto. Incluso se intentaba «camuflar» esta influencia. En realidad, el incremento de esta incidencia ya se había demostrado en otros países europeos más acostumbrados al fenómeno10. La influencia está más que demostrada. Otra cosa era si la incidencia en la población inmigrada «afecta-ba» a la población autóctona. Lamentablemente, éste parece ser uno de los parámetros más preocupantes en el contexto de la Europa del Bienestar Social. Por otra parte, dentro de la polémica, se ha llegado a argumentar que en España, con una incidencia de tuberculosis apreciable, el fenómeno sería a la inversa, es decir, los inmigrantes se infectarían con cepas de M. tuberculosis autóctona11. Más allá de academicismos y cuestiones políticas, lo que está claro es que el desarrollo de la enfermedad tuberculosa siempre tiende a cebarse en el hospedador más débil, si se quiere, el más inmunodeprimido. En este sentido, cabe re-cordar que la primera causa de inmunodepresión es la des-nutrición, especialmente en relación con la falta de micronu-trientes y de aporte proteínico. Este factor está íntimamente relacionado con el desarrollo de la tuberculosis12, tal y como se puede apreciar, sin demasiadas dificultades, observando la incidencia de la enfermedad y el grado de pobreza en el globo terráqueo. A este factor de riesgo masivo se puede añadir otro no menos masivo y global, el consumo de taba-co13, que tiene un doble efecto: el implícito por la inmuno-depresión ejercida en las mucosas y el del alto costo relativo del tabaco en los países más pobres, que compromete la economía familiar y, con ello, los recursos para conseguir una buena nutrición, que afecta no tan sólo al fumador sino a toda su familia14. Así pues, es evidente que una gran proporción de las personas de estos países menos favorecidos económicamente que emigran al nuestro, por razones evidentemente econó-micas, estarán afectados de ITBL. Sólido es el argumento que probablemente pocos de ellos estén enfermos de tuberculosis9, puesto que solamente las personas más fuertes y con más salud serán quienes se lancen a la aventura, y lo
PY - 2006/5/27
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C2 - 16792981
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SN - 0025-7753
VL - 126
SP - 771
EP - 773
JO - Medicina Clinica
JF - Medicina Clinica
IS - 20
ER -