La literatura, con su capacidad única para narrar de forma creativa acontecimientos históricos y explorar recuerdos conflictivos, se ha
convertido en una de las formas más significativas de recordar (y olvidar) el impacto de la guerra, tanto a nivel individual como colectivo.
Sin embargo, la preocupación por la representación de los recuerdos traumáticos de la guerra ha suscitado un amplio debate entre los
estudiosos de la literatura, especialmente en términos de consideraciones éticas y estéticas. Nuestro proyecto está motivado no sólo por
nuestro interés en el conflicto, sino también por nuestra preocupación por el modo en que se han representado las principales guerras y
conflictos de los siglos XX y XXI desde finales de los años ochenta y principios de los noventa hasta la actualidad. Nos centramos
específicamente en los escritores anglófonos de segunda generación y de generaciones posteriores porque ofrecen, ya sea a través del
examen de su historia familiar o a través de la identificación histórica y cultural, una mediación más matizada y compleja de los recuerdos
de guerra, que difiere de los testimonios de primera mano debido a su distanciamiento temporal y físico. Estos relatos de generaciones
posteriores han puesto de manifiesto los retos que plantea la aplicación del marco postmemorial de Marianne Hirsch (1992), en particular
en lo que respecta a cuestiones relacionadas con la apropiación indebida de la postmemoria como "trauma heredado", su interpretación
subjetiva del pasado y su identificación excesiva con el dolor y el sufrimiento de los demás. Este proyecto pretende cuestionar ciertas
afirmaciones de Hirsch sobre la postmemoria, principalmente las relacionadas con sus aspectos "afiliativos", revisando su marco teórico y
su aplicación en la literatura inglesa contemporánea sobre el conflicto. En los últimos años, hemos observado una notable disminución de
la inclinación por parte de las generaciones posteriores a preservar detalles históricos específicos, lo que ha llevado a un alejamiento de
la preocupación histórica por el pasado traumático hacia un mayor énfasis en las responsabilidades éticas hacia las generaciones
presentes y futuras. En consecuencia, nuestra investigación se ha desplazado gradualmente desde la posmemoria hacia nuevas formas
de abordar el pasado que hemos basado en tres categorías teóricas de análisis: (1) lo performativo (2) lo transcultural/transnacional y (3)
lo imaginado. Abogamos por un tratamiento ético, aunque empático, de los recuerdos relacionados con la guerra y los conflictos, y
aspiramos a profundizar en nuestra comprensión de cómo evoluciona la postmemoria en la era (post)postmoderna, a pesar de su
complejidad inherente. Sostenemos que la interacción entre los lectores y la memoria, facilitada a través de la literatura, tiene el potencial
no sólo de mejorar la comprensión de los factores que contribuyen al conflicto, sino también de arrojar luz sobre los procesos implicados
en la construcción de la paz.