Los objetivos generales del proyecto eran, en primer lugar, continuar el análisis de la estructura de la ocupación en los siglos XVIII y XIX, y en especial de las ocupaciones no agrarias y de las ocupaciones de mujeres, en la hipótesis de que su ‘modernización’ no se produjo simplemente como efecto de la tardía industrialización, sino que fue un proceso anterior y provocado por otras causas.
En segundo lugar, recoger datos sistemáticos sobre salarios y jornales, para calcular no sólo el ingreso individual de los trabajadores sino el ingreso familiar o de los hogares, como variable más idónea para identificar en el largo plazo las tendencias de desigualdad y pobreza, ver cómo los hogares responden al contexto económico y en qué medida el modelo del “male bread-winner” es aplicable a España hacia finales del siglo XIX o en la primera mitad del XX. Nos proponíamos ver si los bajos salarios de los cabezas de familia fueron factores determinantes de la actividad de mujeres y niños.
Para llevar a cabo estos dos objetivos nuestro plan de trabajo preveía un objetivo adicional, que era el estudio en profundidad de una ocupación femenina concreta, la de las nodrizas que trabajaban para las inclusas o casas de expósitos.
El principal logro de la investigación ha sido el estudio sistemático y pionero de esta ocupación,
resultados publicados en el libro Salarios que la ciudad paga al campo: Los salarios de las nodrizas de las inclusas en España, 1700–1900 (Publicaciones de la Universidad de Alicante, 2021), editado por Carmen Sarasúa (IP) (Ver Fig. 1 al final de la memoria). Este libro es una contribución al debate sobre el papel de los salarios de las mujeres en las economías preindustriales, de la estructura de la ocupación, de la pluriactividad, del sector servicios, del sistema de beneficencia, del ingreso familiar, de los niveles de vida y del campesinado, en estos dos siglos. Y es, además, una contribución metodológica, que presenta nuevas fuentes y métodos de análisis para estudiar el trabajo de las mujeres y los salarios en los siglos XVIII y XIX.
Al documentar la masiva difusión de esta ocupación hemos contribuido a mostrar el peso de las
ocupaciones no agrícolas en la estructura de la ocupación de los siglos XVIII y XIX, lo que permite
cuestionar la interpretación tradicional de la economía preindustrial como fundamentalmente agraria. El análisis sistemático de sus salarios ha permitido construir una serie que proponemos como del salario femenino no cualificado en la España de estos dos siglos, y calcular la contribución del empleo de las mujeres a las economías familiares.
Además, hemos codificado las ocupaciones femeninas de censos de población del siglo XIX, corrigiendo algunas ocupaciones industriales (industria alimentaria) y del sector servicios (hostelería).